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Dancing With Myself

¿Cómo incluir los sentimientos «negativos» dentro de una vida balanceada?

abril 30, 2018 Amor propio, Bienestar

¿Les pasa que a veces sienten que las otras personas tienen sus vidas resueltas y que siempre la pasan súper bien, mientras que uno por lo general está aburrido, triste o con ansiedad?

Desde que estamos tan expuestos a las redes sociales hay una especie de persecusión hacia los sentimientos que tradicionalmente se consideran negativos.

Las personas queremos pintar una vida feliz, emocionante y perfecta, y no queremos permitir que los demás sepan que el 90% de nuestros días son aburridos.

A mí me pasa eso con las fotos. ¡Nadie quiere compartir una foto fea y aburrida!

Recuerdo que desde niña, cuando existían las cámaras de rollo, era súper emocionante ir a comprar uno cuando había una actividad especial. Tenías que tener muy calculadas las fotos que ibas a tomar, ya que revelarlas también salía caro. Muy pocas personas «desperdiciaban» fotos con cosas triviales.

Luego con las primeras cámaras digitales más bien tomabamos fotos y videos de ¡todo! Tardes con amigas, pijamadas, nuestras mascotas y nuestra comida. A partir de ellas muchos nos hicimos fanáticos de documentar nuestra vida.

Más recientemente con los celulares con cámara y las redes sociales todas esas trivialidades que antes pasaban sin documentar se convirtieron en lo que más vemos. Y está bien… es nuestra nueva forma de compartir con el mundo y de conectar.

En un inicio fuimos como con las primeras cámaras digitales: tomabamos fotos de todo, sin editar, sin iluminar y nuestras mascotas eran las principales protagonistas. Pero ahora que las redes sociales se han convertido en un estilo de vida, e incluso en un negocio para muchas personas, la información que vemos no siempre es la más real.

Las fotos que vemos están pensadas, editadas y colocadas para gustar. Están bien iluminadas y colorizadas, con una composición más cuidada. La mayoría de fotos no son fotos espontáneas.

Esa foto lindísima de la blogger tomando café flawless fue la número 15 después de 14 que no le gustaron, recordando además que muchas trabajamos con fotógrafos profesionales.

Se ha creado una desconexión entre la vida real y lo que pasa online. Lo que mostramos es una representación estética de lo que nos gusta y una forma artística (si se puede decir) de nuestro día a día.

Actualmente para algunas personas el FOMO (Fear of missing out = Miedo de perderse de lo que pasa) es una causa real y válida de estrés, ya que al estar tan inmersos en la fabulosa «cotidianidad» de las otras personas, se nos olvida que lo que se publica en las redes es cuidadosamente escogido.

Comparamos nuestras vidas con las de conocidos y extraños y a la vez nosotros mismos nos «editamos» para parecer más interesantes.

¿Por qué tenemos tanto miedo de compartir la realidad? ¿Por qué no mostramos toda la gama de sentimientos? ¿Por qué no queremos que nos vean vulnerables?

A veces me encuentro a mí misma pensando «hace días que no hago nada chiva, no tengo nada para compartir en mis stories o en mis fotos de Instagram». Y luego me detengo a pensar:

  1. ¿Por qué tenemos que compartir todo en redes sociales? ¿A alguien le importa? La respuesta en mi cabeza la mayoría de las veces es no. A nadie le importa. Pero lo hago de todas formas, más como un hobbie que otra cosa.
  2. A las personas que sí les interesa mi vida también les puede interesar las cosas cotidianas y ordinarias porque así se pueden identificar más conmigo. No todas podemos andar de café lindo en café lindo tomando fotos y comprando flores, así que me encanta cuando me encuentro stories con recomendaciones de netflix, de un libro o una mascarilla para la cara, porque recuerdo que hasta en lo cotidiano estamos acompañados a la distancia.
  3. No todo en la vida es chiva. Si comparto una foto cada 2 semanas y la que escogí compartir es una foto linda, es porque estoy acostumbrada a tomar fotos en momentos en los que siento que hay algo un poco más «cool» qué documentar. Los otros 14 días los pasé en una gama de emociones menos fotogénicas.
  4. Cuando siento que todas las demás personas están haciendo cosas más cool que yo todo el día, recuerdo que no es necesariamente así. Que las top bloggers también estaban mechudas y sin bañar, con calor después de hacer ejercicio. Que las lifestyle bloggers también tienen platos sucios en la cocina que no se lavan solos. Que las travel bloggers se cansan de viajar y a veces lo único que desean es una tarde de pijamas viendo televisión. Nadie vive 24/7 una vida emocionante y fotógénica.

Pero entonces…

¿Cómo aprendemos a incorporar los sentimientos «negativos» en nuestra rutina balanceada y feliz?

La respuesta me la dio mi coach Mariela, y es: LIBERTAD EMOCIONAL.

Necesitamos trabajar más en ser quienes queremos ser, con altos y bajos. Tenemos que dejar de compararnos con las otras personas o con nosotros mismos y encontrar un espacio para poder sentir lo que queremos. Simplemente ser.

Los sentimientos como el enojo, celos, frustración y ansiedad también deben tener un lugar en nuestra vida y ser considerados válidos, ya que el esfuerzo y dedicación de tratar de ocultarlos solo nos genera más estrés y ansiedad.

Debemos permitirnos sentir sabiendo que también podemos escoger qué pensamientos y sentimientos pueden tener control sobre nosotros.

¿Alguna vez han meditado con el app Headspace? Bueno, en este app con meditaciones guiadas nos explican que meditar no es poner la mente en blanco, sino permitir que los pensamientos vengan y se vayan sin retenerlos. Es como mirar una carretera donde los carros van y vienen, pero no paran.

Justo así siento que hay que hacer con los sentimientos negativos. Permitir que vengan, no tenerles miedo, pero no detenernos en ellos. Dejarlos fluir.

O como dice Mari: «No podemos dejar que los pensamientos negativos acampen en nuestra cabeza».

Debemos estar conscientes de que sí, SON parte de nuestra vida y de la vida de los demás. No hay por qué ocultarlos, pero la diferencia está en lo que escogemos hacer con ellos.

¿Cómo sé cuando los sentimientos negativos sí son un problema para mí?

Si bien los sentimientos «negativos» son totalmente normales, para algunas personas se convierten en algo más.

Cuando permitimos que estos sentimientos saquen la tienda de campaña y hagan fogata en nuestra cabeza dejamos que se queden y que afecten otras áreas de nuestra vida. Es ahí cuando tenemos que actuar y preguntarnos qué podemos hacer para cambiar.

Si los sentimientos se vuelven incapacitantes: no nos dejan comer, dormir o socializar normalmente, debemos hacer algo para ayudarnos.

El otro día les compartí una frase de un libro y me preguntaba si a las demás personas también les da ansiedad sentir ansiedad. La respuesta de muchos fue: sí.

Cuando permitimos que los sentimientos negativos se queden es como si le pusieramos agua a un gremlin: se reproducen como por arte de magia.

Nos sentimos enojados por estar aburridos, nos sentimos culpables por sentirnos enojados, nos ponemos tristes por sentirnos culpables y todo esto nos da ansiedad. Los seres humanos somos los únicos que sentimos emociones respecto a nuestros propios sentimientos, así que si permitimos que esto pase simplemente no tiene final.

¿Qué podemos hacer para dejar que nuestros sentimientos negativos vengan  y se vayan sin quedarse?

Lo más importante es reconocer estos sentimientos como válidos. El primer paso para evitar que nos generen ansiedad es aceptar que está bien sentirlos y que sean parte de nuestra vida y nuestra rutina.

No tenemos que pensar más de la cuenta en ellos, no tenemos que darles demasiada importancia y sobre todo no podemos quedarnos amarrados a ellos.

Tenemos que dejarlos llegar, pero también irse.

Por ejemplo nunca me había puesto a pensar que las cosas que me dan ansiedad son las que pienso en pasado o futuro.

Me da miedo pensar lo que puede pasar en alguna situación, o me arrepiento de haber dicho o hecho algo que no debía… pero en ambas situaciones no hay NADA que pueda hacer en el presente para cambiar el pasado o predecir el futuro, así que lo mejor es concentrarse en el aquí y el ahora.

Así, lo mejor para el manejo de las emociones «negativas» es el mindfulness.

¿Qué es el mindfulness?

Mi amiga Dani de Quiere Como Vives es la experta en este tema y lo explica así:

«Mindfulness se define como la capacidad de estar en el momento presente, con atención plena, intención, y sin juicio. Esto se traduce a vivir momento a momento con toda mi atención en lo que pasa en el ahora, con la intención de hacerlo así y sin juzgar mi experiencia, a mí mismo ni a otros. Tenemos muchos años de vivir en piloto automático por lo que no siempre es fácil lograr esto en cada momento, pero vale la pena intentarlo. Hay muchos estudios que hablan de los beneficios a nivel cerebral como la satisfacción de vida, de disfrutar y vivir plenamente (sea una buena o mala situación) mi día y todos sus momentos .»

Así que para ayudarnos a superar el miedo, la culpa o la angustia, entre otros, lo que debemos hacer es enfocarnos en el presente. Recordar que solo tenemos el control de lo que está pasando ahorita en nuestro mundo interior y exterior.

Una estrategia de mindfulness es interrumpir la ansiedad con agradecimiento.

Podemos dejar de concentrarnos en todo lo que pensamos que está mal y voltear la mirada a todo lo que está bien en el presente. Agradecer por nuestra salud, por el amor que nos rodea, por nuestra familia, nuestras amistades, etc.

¡A mí esta estrategia me funciona montones!

Otra opción es causar una «distracción». Robarle el spotlight al sentimiento negativo y reemplazarlo por algo que nos traiga paz y que nos permita ubicarnos en el presente.

Hay muchas actividades terapéuticas que funcionan diferente para cada persona, por lo que deben buscar una que resulte mejor para ustedes.

A mí me pone de súper buen humor poner mi playlist favorito y sentarme con la luz del día a practicar mis hobbies: colorear, hacer lettering o pintar acuarela = actividades que me obliguen a concentrarme.

Cuando me doy cuenta ya no tengo ansiedad.

¿Y si mis sentimientos negativos se quedan más rato de la cuenta?

Aunque yo me considero un ser humano feliz y funcional, a veces tengo épocas de ansiedad e incluso he enfrentado depresiones y ataques de pánico. No me incomoda ni me da pena decirlo porque considero que la salud mental debería ser un tema menos tabú.

Yo también me despierto a las 3am sin poder volver a dormir pensando en todo lo que he hecho mal y todo lo que no está marchando como quiero… pero elijo tomar conciencia de mis emociones, recordarme que esto también pasa y seguir adelante.

PERO… a veces también me pasa que nada más no puedo. Los pensamientos se quedan dando vuelta en mi cabeza y de pronto tengo 3 días seguidos de estar en la casa sintiéndome pésimo, sin querer hablar con nadie y sin poder salir de la ansiedad en la que estoy.

Entonces qué puedo hacer…

Puedo preguntarme por qué me siento así. Si tengo celos de alguien, ¿por qué?, si estoy enojada ¿por qué?, si no me siento suficiente, ¿por qué?.

Cuestionar nuestros sentimientos debería ser un hábito, ya que nos da mayor control sobre nosotros mismos y nuestras emociones, y son la clave para resolver lo que nos pasa.

Nuestro dolor a menudo nos hace más fuertes, resilientes y centrados. Tanto el miedo como la ansiedad y la tristeza no son necesariamente indeseables, sino una representación de nuestro crecimiento emocional y psicológico.

Gracias a nuestros sentimientos negativos muchas veces descubrimos situaciones de nuestra vida que nos incomodan y la ansiedad nos impulsa a movernos y cambiar, si sabemos escucharla. Aunque el cambio nos asuste, salirnos de nuestra zona de confort siempre nos lleva a crecer.

Cuando sentimos dolor volvemos la mirada hacia nosotros mismos y nos cuestionamos si lo que estamos haciendo es correcto o si hay algo que debemos afinar.

Poner en sintonía nuestro cerebro con nuestro corazón.

El dolor es parte de la vida y es parte de nuestros procesos.

Es importante sentirlo y permitirnos ser.

¡Dejemos de tratar de ocultarlo!

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¡Hola!

Soy Dani y tengo 31 años. Estoy constantemente creando, buscando inspiración, aprendiendo y creciendo. Escribo para generar conexión humana por medio de compartir mis procesos, vivencias y aprendizajes. Mi propósito es demostrarle a los otros que no están solos en su viaje hacia conocerse a sí mismos y ser cada día mejores. En una era en la que las redes sociales muchas veces separan, a mí me apasiona unir. Gracias por leerme y por crecer conmigo.

"Say what you wanna say and let the words fall out. Honestly, I wanna see you be brave."

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